Una de las vistas más espectaculares que ofrece Brasil es el encuentro de las aguas negras y amarillas del Río Negro y el Solimoes, que dan lugar a la formación del Amazonas. Esto puede verse en Manaus, a solo 10 kilómetros del Solimoes. Las fábricas de caucho ayudaron a impulsar la economía del lugar mediante el comercio de látex, pero el declive gradual del negocio del caucho debido a la aparición de alternativas sintéticas también provocó un cierto declive en la ciudad.
En Manaus viven un millón y medio de personas. Su situación estratégica en medio de la selva amazónica la hizo ideal como centro de comunicaciones y distribución para las zonas altas del río Amazonas. Cuenta con un próspero puerto fluvial con embarcaciones que navegan desde él a todos los municipios que se encuentran a lo largo del gran río. Además de ser un destino importante en la autopista del sur, Manaus es también el punto más lejano del canal de aguas profundas del Amazonas. Por él pasan enormes transatlánticos a lo largo de 2000 kilómetros río arriba desde el Atlántico.
En 1669 se construyó la fortaleza que dio origen a la ciudad, aunque solo quedan sus ruinas. No obstante, también existe una iglesia jesuita en el centro de la ciudad e instalaciones portuarias construidas en 1902. El Mercado Adolfo Lisboa, que es una copia en miniatura del demolido Halles de París, fue construido por Gustav Eiffel. Es sin duda un espectáculo industrial digno de contemplar. Manaos también puede ser el punto de partida de viajes por el Amazonas en cuatro direcciones. Al norte está Presidente Figueiredo. Al sur están Mamori, Juma y Janauacá. El parque nacional Jaú y el Río Negro al este, y el Río Urubu al oeste. Río Urubu tiene una rica vegetación y se compone de densos bosques tropicales o bosques abiertos.
Hay mucha vida salvaje y selva por descubrir, y mucho más que ver en zonas vírgenes a las que se suele tardar más de dos semanas en llegar. Entre cinco y diez lugareños se suben a pequeñas embarcaciones fluviales de dos plantas en las que duermen en hamacas en la cubierta inferior. Estas embarcaciones no son recomendables para turistas; en su lugar, hay barcos turísticos con capacidad para entre 15 y 30 personas, más económicos y cómodos. También hay barcos más grandes para cientos de pasajeros, pero no atracan entre puertos.