En la Amazonia se encuentran más de la mitad de las especies vegetales de la Tierra. La humedad y el clima cálido de la selva tropical son las necesidades básicas de estas especies vegetales para reproducirse y propagarse de la mejor manera. Así pues, las plantas de la selva tropical necesitan unas condiciones óptimas para sobrevivir y convertirse también en medios para la supervivencia de otras especies.
Las estimaciones de algunos expertos revelan que en un kilómetro cuadrado (247 acres) existen cientos y hasta miles de árboles y otras especies vegetales de gran altura. Según un estudio realizado en 2001, se estima que en un cuarto de kilómetro cuadrado (62 acres) de la selva ecuatoriana viven más de 1.100 especies de árboles. En la actualidad, se calcula que hay 438 000 plantas vivas registradas en la región. Aún quedan por descubrir y registrar más especies vegetales vivas de interés económico y social. Además, la expansión del área de hojas verdes de plantas y árboles es más rampante durante las estaciones secas, mientras que durante las estaciones húmedas, las hojas sufren abscisión. Esta variación de los acontecimientos pone en equilibrio el carbono a través de la fotosíntesis y la respiración.
Con el aumento de la población humana y animal y los avances tecnológicos, las plantas siguen estando en peligro. Por esta razón, debemos poner en práctica uno de nuestros deberes como humanos: cuidar el medio ambiente.
En los últimos años, las tribus indígenas de la Amazonia han utilizado varias plantas que han demostrado curar determinadas dolencias corporales. Estudios recientes demuestran que la mayoría de las plantas que existen en la selva son útiles en la formulación de medicinas eficaces en Estados Unidos que ayudan a remediar y combatir enfermedades. Así, más de 200 tipos de plantas presentes en la selva tropical se utilizan para elaborar unos 650 tipos de medicamentos. En la actualidad, muchas empresas farmacéuticas y médicos utilizan la mayoría de estos medicamentos para tratar el cáncer, el sida, el Alzheimer y la artritis. De este modo, mantener la Amazonia en un estado sostenible supone también mantener también la capacidad medicinal y nutricional de las especies vegetales de la selva tropical.