La selva del Amazonas o Amazonia está formada por una gran diversidad de especies vegetales y animales. La relación en esta región entre seres vivos y no vivos es más que evidente. Es conocida por ser la selva tropical húmeda latifoliada más rica del mundo por su biodiversidad. Muchos científicos han llegado a la conclusión de que el Amazonas abarca la mayor parte de la cuenca fluvial. La necesidad de oxígeno por parte de los seres humanos y los animales es importante, y el 20 % del oxígeno del planeta procede de la selva tropical. En consecuencia, el intercambio de dióxido de carbono y oxígeno por parte de las criaturas bióticas y abióticas permite que la Amazonia sea conocida como «el pulmón del planeta».
La evolución de las especies a lo largo de los años llevó a los científicos a registrar millones de ejemplares. Según descubrimientos de 2003, la mitad de las especies de animales y plantas del mundo se encuentran en el dosel amazónico. A lo largo del tiempo se han descubierto y registrado unos 500 mamíferos, 300 reptiles, 175 especies de lagartos, 30 millones de tipos de insectos y un tercio de los tipos de aves del planeta.
Población
Hace unos quinientos años, se calcula que en la Amazonia vivía una población humana de 10 millones de personas. Se dice que estas personas formaban parte de pueblos indígenas (PI), compuestos por chamanes y curanderos, que solían ser ricos en conocimientos sobre la diversidad de plantas y animales. En 2003, el número de habitantes de los PI se redujo a 200 000 debido a la destrucción de 90 tribus a finales del siglo XX.
Sequía
En algún momento del siglo XXI, la sequía tuvo un impacto dramático en la selva tropical y en la cuenca del río Amazonas. En 2005, 734 000 millas cuadradas (1 900 000 de kilómetros cuadrados) de la selva tropical se vieron afectadas por la sequía. El impacto empeoró en 2010, ¡lo que provocó la desaparición total de la vegetación en algunas zonas!
Estos resultados se publicaron en la revista Science, lo que llevó al Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) a pedir una intensa colaboración contra la deforestación. Según los científicos del Instituto Nacional Brasileño de Investigaciones de la Amazonia, esta elevada posibilidad de que la selva tropical muera lentamente en los próximos años marca un importante punto de inflexión.
Para determinar este fenómeno, asumieron además que si esto continúa, todos los recursos naturales se convertirán tristemente en sabana o desierto, lo que podría dar lugar a repercusiones climáticas a largo plazo. Según un estudio realizado en 2009, un aumento de 4 ºC en la temperatura del planeta en 2100 provocará la muerte del 85% de toda la Amazonia. Mientras que un aumento de 3 ºC en la temperatura global supondría que el 75 % de la selva tropical desaparezca. Recientemente, se estimó que la Amazonia tiene una temperatura de 26 ºC, propios de su clima húmedo y cálido constante.
La selva amazónica no solo alberga pintorescas atracciones naturales. También es el hogar de muchas especies únicas y fuente de una cantidad significativa de oxígeno, el aire que respiramos. Por eso hay que preservarla y protegerla.