Desde hace tres siglos, la historia de Curitiba se ha caracterizado por su contemporánea vida social.
Un estudio que se llevó a cabo sobre la historia de la ciudad observó que las tradiciones de Curitiba tienden hacia la cultura científica, lo que se demuestra con sus interesantes y modernas obras arquitectónicas. Además, también se relacionó el arte asquenazí con la historia de la ciudad.
La participación de los ciudadanos de Curitiba también es otro de los aspectos que ha marcado la historia de la ciudad. En el año 1668, se hizo una campaña para promover Curitiba, que por aquel entonces era una aldea, y convertirla en un pueblo, que se conocería como «Pelourinho». Sin embargo, esto no se llevó a cabo hasta 30 años después, gracias a la iniciativa de sus ciudadanos, que, en aquella época, vivían en una de las 90 viviendas que formaban Curitiba.
En 1871, comenzó la historia moderna de Curitiba, cuando los polacos emigraron a esta ciudad. Desde entonces, la diáspora de los polacos en Curitiba se ha convertido en una de las mayores del mundo.
En la década de los años 50, el rápido aumento de la población en la ciudad hizo que Curitiba se convirtiese en un centro regional de comercio, lo que posicionó a este ciudad como una de las ciudades más ricas de Brasil. En esta época también se le pidió al cofundador de la Sociedad Francesas de Estudios Urbanos, Alfred Agache, que se encargase del diseño de la ciudad. Por desgracia, el diseño, que se centraba, sobre todo, en edificaciones públicas ultramodernas y en los bulevares estrella, era demasiado caro para que pudiera llevarse a cabo. Pero, ello no impidió que la ciudad dejase una huella en cuento a la gestión de la ordenación urbana.