São Paulo es un paraíso para los amantes de la buena cocina. Considerada la tierra de todos los sabores, la ciudad tiene mucho que ofrecer en cuanto a platos nacionales e internacionales. De hecho, no muchos turistas saben que São Paulo tiene más restaurantes que Londres o París, y que la mayoría de estos establecimientos cuentan con una amplia oferta gastronómica. Así, la ciudad también es considerada uno de los mayores centros gastronómicos del mundo.
Dónde…
Con cerca de 30 000 restaurantes en São Paulo, turistas y paulistas no tendrán dificultades para encontrar buena comida en la ciudad. Por ejemplo, en la Estación Pinacoteca y Luz, habitada por inmigrantes de varias nacionalidades, se pueden encontrar restaurantes coreanos, búlgaros y griegos.
Para los que tienen un presupuesto ajustado, São Paulo también cuenta con pequeños cafés y restaurantes que sirven la comida al peso, es decir, se pesa el plato y se paga lo que se vaya a consumir. Además, este sistema permite a los establecimientos atender a su numerosa clientela.
Para degustar las mejores delicias orientales de São Paulo, el barrio de Liberdade es el mejor lugar.
Qué hacer…
Aparte de Japón, São Paulo puede ser uno de los lugares con más opciones de sushi. Por lo tanto, se puede afirmar que es una de las comidas imprescindibles de la ciudad. Los domingos, muchos paulistanos se dan un festín de pizzas. Si estás en la ciudad un fin de semana, probar alguna de las pizzas será sin duda un placer.
En general, los platos de São Paulo son fritos, y la cebolla y el ajo casi nunca faltan en ninguna receta. Muchos restaurantes de la ciudad, sobre todo los de comida mineira, sirven feijoda, que es arroz mezclado con harina de mandioca, sopa de judías negras y restos de cerdo. Aunque se trata de un plato típico de Minas Gerais, São Paulo le añade su toque para hacerlo más especial.
Conocidos por ser auténticos «carnívoros», los paulistinos también son aficionados a los asados. Cuando estés en la ciudad, no dejes de visitar los restaurantes llamados Rodizios o Churrascarias. Son asadores que, por una tarifa plana, te permiten comer toda la carne que quieras. Y como a la gente de la ciudad le encanta la carne, no debes preocuparte por la calidad de la misma, ya que su excelencia está asegurada. De hecho, solo se utiliza sal gruesa para la carne y no se le añade salsa.
Los turistas nunca pasarán hambre en São Paulo. Dicho esto, tampoco es un lugar para hacer dieta.