Aunque la ciudad de Aracaju fue el primer lugar del estado de Sergipe en donde los portugueses se asentaron, fue São Cristóvão, o San Cristóbal, el que se consideró el lugar más importante, siendo la capital del estado desde 1823 hasta 1855.
Sin embargo, a medidos del siglo XIX, la construcción del puerto (esencial para la embarcación de los grandes barcos que transportaban el azúcar por toda Europa), y, la repentina aceptación de las estructuras administrativas en Aracaju quitaron el protagonismo a São Cristóvão. Además, debido a que los ciudadanos de la antigua capital estaban al borde de un levantamiento armado, se aceleró el traslado de la capital a Aracaju..
En 1910, la sede de la Arquidiócesis Católica Romana también se estableció en Aracaju. En comparación con otras capitales brasileñas, la ciudad de Aracaju no se «planificó». Durante todo el siglo XIX, ya se conocía a la ciudad por tener un aspecto moderno con varios festivales y fiestas pre-carnavalescas. Aracaju cuenta con una gran industria de aceite y caña de azúcar, pero, desde hace poco, el turismo se ha sumado a su economía. Año tras año, cada vez son más los turistas que descubren los valiosos atractivos de la ciudad y se animan a echar un vistazo y a experimentar todo lo que esta ciudad única les ofrece.