El nombre de la capital de Sergipe, el estado más pequeño de Brasil, en términos de superficie, Aracaju, es de origen indio y proviene de las palabras ara, que significa «guacamayo», y, caju, que significa «anacardo», fruto autóctono del país. El motivo del nombre se debe a la abundancia de guacamayos y anacardos que había antes en la ciudad.
Por qué deberías visitar la ciudad
El litoral de Aracaju cuenta con playas paradisiacas como la de Robalo y la de Atalaia Nova de Santa Luzia. Sus museos, su oceanario y los paseos en barco se suman a la gran variedad de actividades de su oferta turística y cultural.
Como otras ciudades de Brasil, también se conoce a Arcaju por sus animadas y coloridas fiestas. Una de ellas es el Forro Caju. Esta fiesta, muy famosa en la ciudad, atrae a miles de turistas de todo el país, e incluso, del mundo entero, por sus diferentes exhibiciones de bailes y su ocio.
Si quieres hacer algo más interesante, el Proyecto Tamar, situado en las proximidades de la ciudad, te permitirá observar una gran variedad de tortugas marinas que se conservan.
Qué esperar.
El pasado colonial de Aracaju ofrece una arquitectura sofisticada, como la Catedral Metropolitana, que tardó más de 13 años en construirse. La Iglesia de São Salvador también se encuentra entre este tipo de edificaciones. Siendo de la misma antigüedad que la ciudad, la iglesia de São Salvador es la primera que se construyó en Aracaju.
Otro sitio interesante que hay que visitar es el Puente del Emperador. Construido sobre el río Sergipe, el puente se levantó en honor al Emperador Pedro II que, en 1860, visitó la ciudad. Aunque el puente no conduce a ninguna parte, se utiliza como mirador desde entonces.
Lo que no te puedes perder.
Al ser una ciudad brasileña, si estás en Aracaju no te puedes perder sus playas. A lo largo de sus playas encontrarás numerosos restaurantes, pubs, chiringuitos y parques infantiles que harán que tu visita sea mucho más placentera y divertida. Puedes probar a practicar algún deporte acuático por la mañana o pasarte toda la noche de fiesta en alguno de sus locales nocturnos.
Aunque estas son solo algunas de las razones que convierten a Aracaju en una ciudad que vale la pena visitar, queda mucho por decir (y conocer) sobre este lugar. Anímate a venir con amistades, familiares, o, mímate y ven tu solo/a, dedícate algo de tiempo. Sea lo que sea que decidas, cuando vengas de vacaciones, la belleza y el esplendor de Aracaju te cautivarán.