Múltiples culturas, provenientes tanto de África, India y Portugal, como de las personas nativas de la selva amazónica y otras partes del país, han tenido gran influencia en la música brasileña. La samba es, sin duda, el estilo musical brasileño más conocido de forma internacional, a pesar que la Bossa Nova y otros estilos también han recibido atención fuera del país.
Antes del siglo XX
Las primeras descripciones que se conocen acerca de la música en Brasil datan del año 1578, cuando Jean De Léry, un pastor calvinista francés, publicó Viagem à Terra do Brasil (Viaje a las Tierras de Brasil). En esta obra, el pastor describió las danzas y transcribió la música del pueblo Tupí. En 1587, Gabriel Soares de Sousa escribió el Tratado Descritivo do Brasil (Tratado Descriptivo de Brasil) acerca de la música de varios grupos étnicos brasileños, entre ellos, los Tamoios y los Tupinambás.
En 1739, Domingos Caldas Barbosa escribió una serie de modinhas que fueron muy populares. Así es como comenzó la música popular brasileña.
A finales del siglo XVIII se hizo muy popular un estilo de danza cómica llamado bumba-meu-boi. Se trataba de una narración musical sobre la resurrección un buey. Estas danzas, están dirigidas por un chamador, quien presenta a los distintos personajes. Los instrumentos que se utilizaban eran el pandeiro, el tamborim, el acordeón y la guitarra acústica.
Hacia la mitad de la década de 1830, se creó, entre los esclavos, un nuevo estilo de danza y música llamado lundu, que se popularizó, incluso, entre la clase media blanca.
Siglo XX
Choro y samba
En la década de 1870, apareció en Río de Janeiro un nuevo estilo musical, más reservado y privado, e inspirado en el fado y la música de salón europea, llamado choro. El choro solía ser instrumental e improvisado, a menudo incluyendo solos virtuosos. En los inicios, una banda de choro solía utilizar dos guitarras y un cavaquinho, aunque, más tarde, se incorporaron el bandolim, el clarinete y la flauta. Entre los músicos de choro más célebres encontramos a Joaquim Antonio da Silva Calado, Jr.; Valdir Azevedo, Jacob do Bandolim, Pixinguinha y Chiquinha Gonzaga. El Lamento de Pinxinguinha es una de las canciones más influyentes. Otro de los músicos más célebres, que, además de componer choros compuso tangos, valses y polcas, fue Ernesto Nazareth. A pesar de estar influenciado por Chopin, y ser comparado con su contemporáneo, Scott Jopin, la música de Nazareth tenía un color claramente brasileño.
A finales de la década de 1960, se produjo un resurgimiento del choro, que comenzó en las afueras de Río de Janeiro y culminó con artistas como Paulinho da Viola.
A principios del siglo XX, la samba había comenzado desarrollarse, a partir del choro, en el barrio de Río de Janeiro, habitado, en su mayoría, por personas negras pobres que descendían de esclavos. A lo largo del siglo XX, la samba se hizo cada vez más popular, incluso a nivel internacional, dado que la samba de enredo, un tipo de samba que se toca durante el Carnaval, fue conociéndose más y más. Otros tipos de samba que podemos encontrar son:
- Samba de breque: de estilo reggae y picado.
- Samba-canção: – variedad popular en las discotecas.
- Samba pagode: variedad popular moderna.
Forró y la música del nordeste.
El nordeste de Brasil es famoso por un género de literatura, bastante singular, llamado literatura de cordel, que son un tipo de baladas que incluyen elementos incorporados de la música como el repentismo, un concurso de poesía improvisado sobre diferentes temas sugeridos por el público.
La música nordestina es el término genérico que hace referencia a cualquier estilo musical perteneciente a la inmensa región del nordeste de Brasil, incluyendo tanto las zonas del litoral, como las del interior. Se caracteriza por ritmos lentos y pausados, provenientes de acordeones y guitarras, a diferencia de las demás regiones del país, en donde se utilizan instrumentos de percusión. En esta región, los ritmos africanos y las melodías portuguesas se mezclan para crear el maracatú y el baião, un estilo muy popular de música y danza. Sin embargo, la región que rodea a Recife es la cuna del forró.
El forró lo interpreta un trío instrumental formado por un tambor, un triángulo y acordeón, que es el que dirige. El forró, que se caracteriza por su ritmo rápido y bailable, se convirtió, en la década de 1980, en una de las bases de la lambada . Luiz Gonzaga fue el notable músico de forró que, durante la década de los años 40, popularizó el género en Río de Janeiro y São Paulo con canciones como “Asa Branca”.
Algunos entendidos consideran al nordestino Elomar Figueira de Mello, del municipio de Vitória da Conquista, en el estado de Bahía, como uno de los músicos clásicos vivos más grandes del mundo. Siendo un agricultor que estudió arquitectura, Elomar hace música nordestina en sus formas más clásicas. A partir de temas procedentes de las regiones del nordeste y otras zonas de Brasil, compone oratorios, cantatas, óperas y antífonas. Su música se distingue por su audibilidad y por evitar el nihilismo generalizado en la música contemporánea.
Amazonia oriental.
En la música de la Amazonia oriental ha predominado el estilo carimbó, que se concentra en la ciudad de Belém. En la década de los años 60, el carimbó se convirtió a un formato electrónico y, en la década siguiente, los DJ añadieron elementos del reggae, la salsa y el merengue. Este nuevo estilo se conoció como lambada y tardó muy poco en llegar a Salvador de Bahía, a mediados de la década de los años 80. La lambada bahiana era una música pop ligera creada con sintetizadores. Productores discográficos franceses descubrieron allí este estilo y lo llevaron a Francia, donde un grupo boliviano, Los K’jarkas, vio cómo su música puso de moda en todo el mundo un estilo de baile. Pronto, la lambada se popularizó por todo el mundo y su nombre no tardó en solaparse con otros estilos de música que no eran de Brasil, lo que provocó el desprecio de los músicos puristas de Belém y también de Bahía.
Otro estilo de música folclórica regional, el bumba-meu-boi, se popularizó en las fiestas del Carnaval de Parintins y, a día de hoy, es un componente importante de la imagen nacional de Brasil.
La música capoeira.
El deporte afro-brasileño de Capoeira nunca se practica sin su propia música, que suele considerarse un tipo de música folclórica de llamada y respuesta. Los principales instrumentos de la música capoeira son el berimbau, el pandeiro y el atabque. Las canciones de la capoeira se pueden improvisar en el momento, o, pueden ser canciones populares escritas por los mestres (profesores) más antiguos, y, a menudo incluyen relatos de la historia de la capoeira o de las hazañas de los grandes mestres.
Bossa noca y descendientes.
Antonio Carlos Jobim y otros compositores de la década de los años 50 ayudaron a crear un sonido popular jazzístico, la bossa nova, que se formó en los barrios cercanos a las playas de Ipanema y, más tarde, en las discotecas de Copacabana. Los primeros discos de bossa nova del músico João Gilberto se convirtieron enseguida en grandes éxitos en Brasil. La bossa nova se popularizó en el resto del mundo, a principios de la década de los años 60, gracias a músicos de jazz estadounidenses, y, a canciones como La chica de Ipanema, el mayor éxito internacional brasileño, que acabaron convirtiéndose en modelos. A finales de la década, músicos como Caetano Veloso y Gilberto Gil (ahora ministro de Cultura) añadieron letras de carácter político en una época de agitación social, dando comienzo a un nuevo género llamado Tropicalia que, con el tiempo, se transformó en un estilo musical más popular, la MPB (música popular brasileña), que ahora refiere a cualquier música pop brasileña, en especial, a los músicos de Salvador y Bahía. Otros artistas de la MPB conocidos son la cantante Gal Costa y los cantautores Chico Buarque y Milton Nascimento.
La capital de la MPB continúa siendo Salvador, en donde artistas como Virginia Rodrigues y Silvia Torres contribuyen a que la región siga siendo la cuna de la innovación musical.
La percusión es un aspecto importante de la música en toda América Latina, pero, en Salvador, cobra un papel aún más importante. En las tres últimas décadas del siglo XX, los ritmos del reggae, la salsa y la samba se mezclaron para crear un tipo de música de baile, el fricote. Grandes artistas como Abel Duere, Margareth Menezes y Daniela Mercury se han convertido en estrellas internacionales, al igual que grupos como Olodum, que inspiró al músico estadounidense Paul Simon a incorporar la percusión brasileña en su álbum más influyente, The Rhythm of the Saints.
Bibliografía.
* Cleary, David. Meu Brasil Brasileiro. 2000. En Broughton, Simon y Ellingham, Mark con McConnachie, James y Duane, Orla (Ed.), World Music, Vol. 2: Latin & North America, Caribbean, India, Asia and Pacific, pp 332-349. Rough Guides Ltd., Penguin Books. ISBN: 1-85828-636-0